Monterrey, NL
Después de 9 años, cerramos el ciclo Monterrey. Un ciclo lleno de experiencias de todo tipo y de las que algo aprendimos, cada una de ellas suman a la biografía que todos escribimos día a día. Nos vamos de Monterrey con dos hijos regios que no me van a permitir olvidar la Ciudad de las Montañas. Una ciudad en la que vivimos bien, que nos dio mucho y a la que le estoy sumamente agradecido.
En abril arrancamos el ciclo Ámsterdam. Una ciudad diferente, sin montañas, con clima frío, con mucha lluvia, muchos canales, con otro idioma (muy extraño), con otra moneda, con otra cultura, con una reina, con mucho queso, molinos y tulipanes, con gente muy alta (dicen que la más alta del mundo), con muchas bicicletas y algunas vitrinas. Vamos al viejo continente, con todas sus bondades y con todos sus problemas, que los tiene.
Dejamos en México a la familia y amigos. Duele. Pero sé que seguiremos contando con ustedes (por eso son familia y amigos) y sepan que siguen contando con nosotros. Nos van a separar alrededor de 9,000 km y un océano, pero nos mantendrán unidos la tecnología y, por mucho lo más importante, el cariño, el amor, el sentimiento y la historia común que tenemos.
Nos esperan nuevas aventuras, gente nueva, lugares nuevos, ideas nuevas... nuevas experiencias. Haremos todo lo que esté de nuestra parte para aprovechar este oportunidad y amenazo con tenerlos al tanto de nuestras andanzas.
Saben que son recibidos por allá cuando quieran. En cuanto tengamos claro teléfono y dirección les aviso.
Por lo pronto... ¡Adiós Monterrey! ¡Ámsterdam, allá vamos!
